Es un clásico entre los mexicanos hablar y contar sobre las leyendas de terror de un sitio, ya sean escuelas, casas o sitios de trabajo que “antes fueron panteón”, ya sea porque en verdad así pasó con el crecimiento de la ciudad o simple y llanamente por ponerle “crema a los tacos”.
Así pues, toda ciudad tiene historias por contar desde su fundación, las épocas precolombinas, los movimientos revolucionarios, datos curiosos, historias que crecieron hasta convertirse en leyendas y llegaron hasta el día de hoy.
Guadalajara no se queda atrás en relatos que van más allá de la lógica, eventos que se siguen manifestando hasta nuestros días o que fueron tan excepcionales que se guarda especial registro de esas historias. Y hoy te queremos compartir algunas, que seguro te regalan pesadillas o de perdida curiosidad para ir a conocer el sitio.
El Callejón del Diablo
En el centro histórico del municipio de Guadalajara, muy cerca de la Catedral Metropolitana, en dirección hacia el Museo Cabañas, se encuentra el centro de nuestra historia, pues, en un callejón de este espacio se cuenta que hace muchos, pero muchos años atrás, sucedieron inexplicables eventos, algunos descritos como “oscuros”.
Para entender bien el porqué los tapatíos de entonces temían pasar por este lugar debemos remontarnos a la época virreinal, donde existía el convento de Santa María de Gracia. En uno de sus muros se encontraba un tétrico, angosto y oscuro callejón, al cual nombraban como Callejón del “Ahorcado”, dado que se decía que allí un hombre adúltero se había quitado la vida. Así que el lugar desde aquel momento tenía mala fama.
Poco después en la misma zona se construyó un departamento para el noviciado. En una noche sin luna, la religiosa encargada de cuidar a las novicias se despertó asustada porque se escuchaban terribles gritos, insultos y blasfemias que salían de ese rincón.
Las religiosas del convento cercano decían haber visto escenas diabólicas e informaron a la curia, quienes en una respuesta casi instantánea, llamaron a la Inquisición para revisar dicho lugar, éstos a la noche siguiente fueron testigos de varios bultos encapuchados y con negros mantos que se deslizaban y arrastraban lentamente por el callejón justo donde había tenido lugar la misa negra que vieron las religiosas.
Armándose de valor, los inquisitoriales avanzaron al sitio para toparse con una puerta, al abrirla se percataron de una escena que los alarmó: hombres importantes y bellas mujeres se encontraban rindiendo culto al Diablo en una ceremonia que incluía una pintura, joyas, comida y licor.
Las personas que podían evitar la zona lo hacían sin dudar, pero quienes no podían rodearla, procuraban cargar alguna reliquia santa o una botellita con agua bendita.
Con los años, la propiedad pasó a ser sede de la Inquisición, luego se dice que allí vendían carbón, luego una paletería hasta la construcción de la Plaza Tapatía. Actualmente la finca es sede de la Secretaría de Turismo del estado de Jalisco.
Si te aventuras a conocer, debes trasladarte al paseo Degollado en la Zona Centro, como referencia inmediata encontrarás La Fuente de los Niños Traviesos o mejor conocida por los locales como de los “Niños Miones”, pero esa es otra historia.
El reloj de la muerte
No hay duda que el actual Museo Cabañas es uno de los edificios más representativos de Guadalajara, si bien ahora ahí reside el mural de José Clemente Orozco y es prácticamente la casa por excelencia de la cultura en la perla tapatía, el “Cabañas” no siempre fue un lugar dedicado a la cultura, hasta hace poco fue un hospicio para niños en situación de calle.
Por aquellos tiempos se mandó pedir un reloj a Europa para colocarlo en la fachada, se instaló y en las primeras semanas todo parecía ir con normalidad, cada hora las campanas sonaban.
Pero con el tiempo las personas empezaron a notar que el reloj detenía su marcha de pronto de forma inexplicable. Se mandaba revisar pero no le encontraban falla y al poco tiempo volvía a funcionar como si nada. Así pasó en varias ocasiones.
Como suele pasar en este tipo de situaciones, la gente empezó a buscar algún indicio o patrón de por qué sucedía eso, hasta que se reveló el misterio: el reloj paraba su marcha cada vez que uno de los pequeños habitantes del hospicio moría.
Fue tal la impresión en la población, que pidieron quitar el reloj. Así, en 1952 dejó de adornar la fachada del Hospicio Cabañas, pensando que quizás así, acabarían los fallecimientos. ¿Lo resolvió?, no lo sabemos.
La Casa de los Perros
Si caminamos por el Centro Histórico de Guadalajara llegaremos al ahora Museo del Periodismo y las Artes Gráficas, este edificio está flanqueado por dos esculturas de perros en la azotea que le dan un aspecto misterioso en la fachada.
Esta casa tiene mucha importancia para la ciudad e historia nacional, ya que aquí operó en 1792 la primera imprenta de Guadalajara y que después vería nacer el primer periódico independiente de América, así es, en la Perla Tapatía nació a partir de la idea del cura Miguel Hidalgo: “El Despertador Americano”.
Por muchos años la casa estuvo abandonada y cuenta la leyenda que a principios del siglo XX, un importante y millonario comerciante de café adquirió la propiedad, viviendo solo por muchos años.
Ya para su vejez y cansado de la soledad contrajo nupcias con una joven mujer. Para festejar, decidieron viajar a Europa en barco; se dice que durante la travesía la embarcación estuvo a punto de hundirse, lo que provocó gran pavor en el matrimonio a tal punto que hicieron un juramento: quien sobreviviera debía rezarle al otro en cada aniversario luctuoso.
Por fortuna ambos siguieron su vida, regresaron a Guadalajara y comenzaron a decorar extraordinariamente la casa, hasta el punto de colocar las estatuas de los perros tan característicos y que permanecen hasta hoy, los cuales dicen, fueron traídas desde Nueva York.
Pasó el tiempo y el comerciante murió, dejando toda su fortuna a su esposa, la cual no tardó en volverse a casar; por algún motivo olvidó la promesa de rezar en cada aniversario luctuoso y también abandonó la propiedad, lo que dio pie a mitos y leyendas en la ciudad, pues algunos juran que aún se oyen llantos y ladridos en la finca.
Se decía que si la gente rezaba un novenario completo, en el mausoleo del comerciante a las doce de la noche en punto, a solas y llevando exclusivamente una vela el espíritu entregaría las famosas escrituras.
La leyenda del Teatro Degollado
Este recinto confiere un aura de belleza clásica, por sus columnas y las musas de su pórtico, además que su interior es increíblemente bello. Y justo al interior, en la parte superior se encuentra un águila dorada, en su pico sostiene unas cadenas.
Dice la leyenda que si un día se llegara a representar algún número o espectáculo no digno para el recinto, lo primero que caerá será la cadena que sostiene el águila, con ella todo el recinto y algunas voces funestas dicen que cuando eso pase toda Guadalajara caerá en decadencia; por lo cual algunos están preocupados por lo que se llega a presentar en el “Degollado”.
Si bien, unas son populares, algunas no las conocemos completas y en esta época de muertos, es un pretexto genial para recordarlas.
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