El ambiente laboral ideal es aquel donde se fomenta el respeto, la colaboración y el bienestar de todos los empleados. Sin embargo, en muchas ocasiones, este entorno se ve empañado por conductas negativas que pueden llegar a constituir acoso laboral. En México, la Ley Federal del Trabajo (LFT) reconoce esta problemática y establece las normas para prevenirla y sancionarla.
¿Qué es el acoso laboral?
El acoso laboral, también conocido como mobbing, se define como el ejercicio del poder en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en el ámbito laboral. Se manifiesta a través de conductas verbales, físicas o ambas, que tienen como objetivo dañar la integridad psicológica, la dignidad o las condiciones de trabajo de una persona.
¿Cuáles son las conductas que constituyen acoso laboral?
La LFT no establece una lista exhaustiva de conductas consideradas acoso, pero sí menciona algunas de las más comunes, como:
- Agresiones verbales: Insultos, humillaciones, amenazas, críticas constantes y descalificaciones.
- Aislamiento social: Ignorar a la víctima, excluirla de reuniones o actividades, o difundir rumores falsos sobre ella.
- Sobrecarga de trabajo: Asignar tareas excesivas o imposibles de cumplir en el tiempo establecido.
- Subutilización de las capacidades: Asignar tareas por debajo de las capacidades de la víctima.
- Control excesivo: Vigilar constantemente a la víctima, limitar su autonomía o tomar decisiones que le afecten sin consultarla.
- Ataques a la reputación: Difundir información falsa o negativa sobre la víctima.
¿Cómo se castiga el acoso laboral en México?
La LFT establece que el acoso laboral es una causa de rescisión de la relación laboral, lo que significa que la víctima puede terminar su empleo sin tener que pagar ninguna indemnización. Además, el patrón que cometa, facilite o tolere actos de hostigamiento y acoso sexual puede ser sancionado económicamente.
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