No es un secreto que la NFL es una de las organizaciones deportivas más adineradas, acumulando casi 12 mil millones de dólares en ingresos netos. Sin embargo, la llegada de Taylor Swift a los estadios ha añadido una nueva dimensión a su prosperidad, catapultando aún más las finanzas de la liga.
La presencia de Taylor Swift eleva las ganancias en la NFL
El fenómeno Swift se desencadenó cuando la artista se convirtió en seguidora de los Kansas City Chiefs, equipo tres veces campeón del Super Bowl, todo gracias a su romance con Travis Kelce. Desde entonces, cada aparición de Swift en los partidos no solo eleva el índice de audiencia, sino que también inyecta un impulso financiero significativo a la NFL.
Tan solo la presencia de Taylor Swift en los estadios ha generado un impacto económico masivo valorizado en por lo menos 331 millones de dólares para los Chiefs y la NFL, según Front Office Sports. Esta cifra monumental abarca diversos medios, desde impresos y digitales hasta radio, televisión, además de los momentos destacados en las redes sociales.
¡Taylor Swift desata euforia en su primera presentación en México!
La relación de Swift con Kelce ha desencadenado un aumento del 18% en los ratings televisivos de los juegos de los Chiefs. Además, las ventas de camisetas, especialmente las del jugador Kelce número 87, han experimentado un impresionante aumento del 20%, generando ingresos adicionales de aproximadamente 30 millones de dólares.
Con cada aparición de Taylor Swift, la NFL ve crecer su base de fanáticos y sus ingresos. Si los Chiefs logran la victoria en el Super Bowl, se espera que los beneficios alcancen más de 150 millones de dólares, consolidando a Taylor Swift como la nueva embajadora no solo de los Kansas City Chiefs en los Estados Unidos, sino también en todo el mundo.
Por lo que su presencia ya no es solo musical, sino también una sinfonía financiera para la NFL desde su primera aparición oficial el pasado mes de septiembre.
Te podría interesar: Este sería el problema que evitaría que Taylor Swift llegara al Super Bowl LVIII
