En los últimos meses, ha circulado ampliamente una noticia que ha generado gran revuelo en las redes sociales y medios de comunicación: científicos de la prestigiosa Universidad de Harvard habrían calculado la fecha exacta del fin del mundo. Esta afirmación, cargada de dramatismo y misterio, ha despertado la curiosidad y el temor de millones de personas en todo el mundo.
La idea de que la ciencia pueda determinar con precisión el momento en que la humanidad llegará a su fin es, sin duda, fascinante. Sin embargo, es fundamental analizar esta noticia con un espíritu crítico y separar los hechos de la ficción.
¿Qué dice el estudio?
El origen de esta predicción se remonta a un estudio publicado en la década de 1960 por un grupo de investigadores de Harvard, liderado por el físico Heinz von Foerster. En este trabajo, los científicos utilizaron un modelo matemático para analizar el crecimiento exponencial de la población mundial y llegaron a la conclusión de que, de continuar esta tendencia, la civilización colapsaría en una fecha determinada: el 13 de noviembre de 2026.
Es importante destacar que este estudio se realizó hace más de medio siglo, en un contexto histórico y social muy diferente al actual. Además, las proyecciones demográficas y los modelos matemáticos utilizados en aquella época han sido refinados y actualizados con el paso del tiempo.
¿Por qué esta predicción ha cobrado relevancia ahora?
La reciente difusión de esta noticia se debe en gran medida a la viralidad de las redes sociales y a la tendencia de buscar explicaciones sencillas y catastrofistas para los complejos desafíos que enfrenta la humanidad. Sin embargo, es fundamental recordar que la ciencia no funciona a través de profecías autocumplidas, sino que se basa en la observación, la experimentación y la constante revisión de las teorías.
¿Qué opinan los expertos?
La comunidad científica ha sido unánime en rechazar la idea de que el fin del mundo esté programado para una fecha concreta. Los expertos señalan que el crecimiento de la población mundial se ha desacelerado en las últimas décadas, y que existen numerosos factores que influyen en el desarrollo de la civilización, como el cambio climático, las pandemias, los conflictos geopolíticos y los avances tecnológicos.
Además, es importante recordar que la ciencia no puede predecir con certeza eventos futuros, especialmente aquellos que dependen de una multitud de variables y de las decisiones que tomen los seres humanos.
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