Cuando hablamos de “deconstrucción del amor romántico” no nos referimos a que dejemos de creer en el amor o en las relaciones de pareja, mucho menos que deje de haber respeto por las personas con las que estamos, sino que habla de responsabilidad afectiva por los acuerdos que tenemos y debemos respetar con el otro.
Ante ello, las relaciones modernas invitan al diálogo, la elección sincera de compromisos y la creación de vínculos, (teóricamente), más sanos. Justamente eso, fue lo que inspiró la tendencia viral en redes sociales de las “red flags”, (“banderas rojas” en español), como una referencia a todas aquellas señales de advertencia de que una relación no va a resultar bien, podrían tener conductas nocivas, resultar tóxica o sencillamente ir a un sitio que no queremos.
El origen de las “red flags”
El origen de este fenómeno se relaciona con las banderas rojas que ponen en el mar, cuando éste está picado, condiciones climatológicas malas o hay algún peligro en el agua. Es por eso que los usuarios de redes sociales a nivel internacional optaron por este emoticono para describir relaciones o acciones, ironizando con este elemento para reflejar algo que les haría cancelar a una persona o dejar directamente de hablar con ella.
Los básicos antes de pensar en tus “red flags”
Primero que todo, debemos hablar de que tengamos claro qué queremos y sepamos expresarlo a la persona con la que estamos sin miedo, el diálogo es la base de no crear malos entendidos o situaciones de poder que pudieran detonar en agresiones.
En todas las relaciones existen negociables o no negociables, cosas que podemos adaptar u otras que son circunstancias o acciones que no podemos dejar pasar.
Red flags para tener en cuenta en una relación
Ahora bien, si ya hablaste y se supone que van en una tendencia de “formalizar”, entonces, te compartimos las señales de alerta que te dirán si debes correr de ahí:
· Criticar tu físico, estilo de vida o vestimenta.
· Condicionar ciertas “recompensas” o mimos en la relación si cumples o no con alguna petición.
· Alejarte de amigos, familiares, conocidos o personas con las que convives.
· Chantajear o manipular.
· No escuchar opiniones o aceptar que está equivocada/o.
· Que no entienda lo que es el consentimiento y cosifique a la pareja en la relación.
· Que no se haga responsable de sus gastos, parte en la salida o no tenga iniciativa para verse.
· Que pida tus contraseñas o usuarios en redes sociales, así como pedirte que elimines o dejes de seguir a cierta persona.
· Que maltrate a las personas que te atienden o les hacen algún servicio.
· Que infravalore tus esfuerzos o los ajenos.
Recuerda que toda relación empieza con la decisión y el diálogo, si algo no se siente bien, siempre tienes derecho a decir no, poner una pausa o un alto definitivo, las relaciones son un soporte, contención y espacio de crecimiento para ambos, si no pueden ser quienes son… ¡Sal de ahí!
Cada uno tenemos nuestros propios límites basados en el autoconocimiento, el amor, como la vida no tienen receta.
Y citando la película basada en el libro homónimo de “Las Ventajas de Ser Invisible” diremos: “todos aceptamos el amor que creemos merecer”.
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