Para todos aquellos que no estén familiarizados, “Ricitos de Oro y los tres osos” es un cuento de hadas, normalmente considerado como una historia folclórica anónima, tal vez escocesa, que cobró fama a partir de su primera edición en 1837 en la forma de un texto en prosa compuesto por Robert Southey, basado tal vez en una versión más antigua y que aparecía en su obra “The Doctor”.
A través de esto, llegó al imaginario colectivo la imagen de una niña de grandes rizos rubios que entraba a la casa de tres osos, se comía sus avenas y desordenaba sus camas.
El cuento se pasó a la realidad
Un travieso oso en Alberta, Canadá, decidió recrear el cuento pero al revés, pues entraría a la casa del canadiense Sean Reddy, quien daría cuenta el visitante en el cuarto de su hijo y luego subiría las fotografías a sus redes sociales haciéndose viral.
El día era normal para Sean y su familia en su casa del área de Fort McMurray, hasta que los perros de la familia y su hijo más pequeño se darían cuenta de un visitante peludo mucho más grande que cualquier can que estaba vagando del garaje al interior de la casa, pasando incluso por los cuartos de los menores y generando un estropicio en todo sitio donde pasó.
La historia quedó para la posteridad en Facebook
Reddy documentó lo vivido en el norte de Alberta a través de un post de Facebook, donde narró toda la historia que acabó en que los dos perros de la familia orillarían al oso a vagar de vuelta a uno de los cuartos, donde Sean y un vecino harían una barricada con muebles que obligaría al oso a salir por la ventana por la cual aparentemente había entrado en primera instancia.
Si bien se dice que los daños en la casa fueron mínimos, aun así decidió colocar una trampa para osos en la entrada, siguiendo el consejo de funcionarios de Pesca y Vida Silvestre de Alberta para asegurarse de que no se vuelva a repetir. Por el momento, el oso no ha vuelto a darles ninguna visita… Aunque no sabemos si comió algo o no se echó una siesta en la cama de alguno de los miembros de la familia.