Para nadie es secreto que la pandemia detuvo la Industria Cultural y Artística el último año y medio, ante ello, nadie salió impune, por lo que muchos artistas tuvieron que abandonar reflectores o escenarios para tomar un tiempo de retiro forzado.
Si bien, muchos artistas optaron por la virtualidad, lo cierto es que no todos quisieron seguir la corriente, tal es el caso del cantautor, poeta, compositor y pintor español, Joaquín Sabina, quien con diecisiete discos de estudio, siete en directo con canciones en géneros que abarcan desde trova hasta otros más modernos como pop, rock y música folk; logró salir de ser internado de emergencia a causa de complicaciones respiratorias saliendo avante, (y fumando, dicho sea de paso), de la enfermedad sin cambiar ni un ápice su modo de vivir.
Hablando sobre Joaquín Sabina
Y es que, en el marco de haber dejado su legado en una cápsula del tiempo rotulada con el número 1237 del Instituto Cervantes en el marco de un homenaje a su persona en dicho recinto en Madrid, España, decidió hacer una remembranza con el público y la prensa sobre su trayectoria, proyectos e historia de vida, así como alguna reflexión de lo que él cree que es la música.
El homenajeado dejó en su cápsula objetos personales icónicos como: su bombín; el manuscrito de su canción Se llama Soledad, con dibujos intercalados; el manuscrito de un soneto; cuatro dibujos de gallos de pelea y otros dos de “una pareja asturiana"; y la primera edición de su libro de sonetos Ciento volando. Además, ha querido también legar fotos “personales” de sus amigos: Vargas Llosa, García Márquez, así como otra donde aparece junto a Luis García Montero, Almudena Grandes, Benjamín Prado, Ángel González, Chus Visor y Javier Ruibal.
Hace un recuento de los años no de los daños
Respecto a su trayectoria, en el marco del encuentro junto a sus amigos y los periodistas Benjamín Prado y Nativel Preciado, comenta que se siente satisfecho pues “ha hecho todo lo que ha querido a lo largo de su vida, escribió un libro, tuvo dos hijas, transplantó un olivo, fue buen amigo, vivió de su pasión y dentro de todo, no se considera un hijo de pu...”, lo cual según expresó, le basta.
Volverá para decir hola... ¿Y adiós?
Sobre si piensa volver a los escenarios, el artista, que bien podría ser una reencarnación del dios Baco o Dionisio, expresó que él no cree en un escenario en donde no le permita convivir con el público, sentir su calor, corear junto con ellos o permitir que junto con sus letras la gente beba, fume, se enamore, reconcilie o corte. Por lo que esperará un año y medio más, para dar una última gira a finales del 2022 o principios del 2023 en la que expresa: “volverá para decir hola y adiós”.
Enternecidos, pero, sobre todo, ansiosos, estaremos todos, de la vuelta de Sabina a los escenarios, aunque sea, una última vez.