¿Qué pasa cuando dejas una sustancia? Así se vive el síndrome de abstinencia
El síndrome de abstinencia no es sólo algo que suceda en las películas, o a los famosos: en México y Jalisco es una realidad. Aquí te explicamos todo.
¿Has escuchado eso de que alguien “se puso mal” al dejar una sustancia? Eso es el síndrome de abstinencia: un conjunto de síntomas físicos y emocionales que ocurren cuando una persona suspende o reduce drásticamente el consumo de sustancias adictivas como alcohol, nicotina, medicamentos o drogas.
Los síntomas varían, pero pueden incluir ansiedad, temblores, sudoración, náuseas, insomnio e incluso alucinaciones. No es algo que se deba tomar a la ligera, y por eso siempre se recomienda que, si alguien quiere dejar una sustancia, lo haga con acompañamiento médico.
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¿Cuáles son las estadísticas en México y Jalisco?
En México, el consumo de drogas y alcohol ha ido en aumento, y con ello los casos de síndrome de abstinencia, un trastorno que aparece cuando una persona dependiente deja de consumir una sustancia. Según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT), el 10.3% de la población mexicana entre 12 y 65 años ha probado alguna droga ilegal, y al menos 546 mil personas podrían presentar dependencia.
En el caso del alcohol, cerca de 1.88 millones de personas en ese mismo rango de edad ya tienen signos de dependencia, y pueden presentar síntomas como temblores, insomnio, ansiedad o convulsiones apenas 6 u 8 horas después de su última bebida.
En Jalisco, el panorama también es preocupante. De acuerdo con el Instituto de Información Estadística y Geográfica del Estado de Jalisco (IIEG):
- El 16% de la población ha consumido drogas al menos una vez.
- El 5.2% lo hizo en el último año.
- El consumo de marihuana en adolescentes creció de 2.0% en 2008 a 7.8% en 2016.
Además, según datos de la Secretaría de Salud de Jalisco, el 80% de los jaliscienses consume alcohol y el 63.7% lo hizo en el último año. Esto eleva el riesgo de padecer síndrome de abstinencia, cuyas consecuencias no sólo son físicas, sino también sociales: abandono escolar, ausentismo laboral, violencia y deterioro de relaciones familiares.
La atención médica y emocional oportuna puede marcar la diferencia en la recuperación.
¿Qué hacer si alguien cercano vive el síndrome de abstinencia?
Lo primero es no juzgar. El síndrome de abstinencia no es un capricho, es una respuesta real del cuerpo. Apoyar, acompañar y buscar ayuda profesional, es lo segundo, ya que puede hacer la diferencia entre una recaída o una recuperación exitosa.
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