Las “brujas”: la historia que no te contaron de la Edad Media, ¿mujeres sabias y no demoníacas?
Cambiaron la historia y pagaron un precio muy alto: descubre quiénes eran en verdad las “brujas” medievales.
Cuando pensamos en brujas medievales, es fácil imaginar figuras aterradoras gracias a las historias y películas que hemos visto. Sin embargo, detrás de esa imagen popular hay una verdad mucho más profunda y triste: muchas de aquellas “brujas” eran mujeres sabias cuyo conocimiento fue considerado una amenaza para el poder masculino de la época.
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¿Qué hacían realmente las brujas en la Edad Media?
Lejos de ser seres malvados o aliados del diablo, las llamadas “brujas” eran mujeres que desempeñaban roles esenciales en sus comunidades: parteras, alquimistas, perfumistas, nodrizas o cocineras. Dominaban saberes como la anatomía, la botánica, la sexualidad y el amor.
Su habilidad para curar con plantas y minerales fue vista como algo sospechoso por las élites eclesiásticas y políticas, quienes terminaron persiguiéndolas bajo acusaciones de brujería.
¿Por qué las mujeres sabias fueron perseguidas como brujas?
Durante la Edad Media, se fortalecía un modelo social masculino donde el conocimiento sobre el control de la reproducción y la sexualidad, en manos de mujeres, resultaba amenazante. Muchas de estas mujeres vivían solas, generaban sus propios ingresos y gozaban de cierta autonomía, lo que despertaba desconfianza y rechazo. El miedo a su independencia intelectual y económica llevó a que su saber fuera satanizado y sus vidas destruidas en hogueras públicas.
¿Cómo evolucionó el acceso de las mujeres al conocimiento?
Hasta el siglo XIX, cuando se institucionalizó la ciencia en las universidades, el conocimiento de las mujeres no era considerado “oficial”. Incluso entonces, a ellas se les prohibía estudiar formalmente. Debieron ilustrarse en conventos, salones de té o mediante educación privada. Fue un proceso lento hasta que, en los años 90 -del siglo pasado- las mujeres lograron representar el 50% de la población universitaria en diversas carreras.
Hoy, imaginar que podías ser condenada como bruja solo por ser sabia y mujer parece absurdo... pero fue una cruda realidad de la Edad Media.
Con información de Eddy Servín.
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