¿Dejé la estufa prendida? Así puedes reducir los pensamientos intrusivos

No puedes hacer eso, les dejé una mala impresión, no fue lo que esperaban, ¿y si golpeo a ese hombre?, son algunos de los pensamientos intrusivos más comunes

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Seguro te ha pasado que sales de tu casa y vas tranquilamente a tu trabajo, a comer con tus amigas, con tu novia o a una reunión muy importante y de pronto un pensamiento cruza por tu mente: ¿Dejé la estufa prendida?

Este es un pensamiento intrusivo, el cual suele ser más común de lo que parece, sin embargo, así como este hay otros que son un poco más agresivos e incluso negativos como aquellos relacionados a la violencia o incluso algunos pensamientos suicidas.

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¿Cuáles son los tipos de pensamientos intrusivos?

Violencia o daño: Imágenes o ideas de hacer daño a uno mismo u otras personas, aunque no se tenga ninguna intención real de hacerlo.

Miedos a la contaminación o enfermedades: Preocuparse exageradamente por los gérmenes, suciedad o contraer enfermedades.

Dudas repetitivas: Sobre si lo que se hizo fue correcto o si algo no se realizó bien como el cerrar una puerta, apagar la estufa.

Pensamientos sexuales inapropiados: Imaginar o pensar en situaciones sexuales que normalmente no se consideran aceptables o deseadas.

Pensamientos blasfemos: aquellos que van en contra de las creencias religiosas

Miedo a perder el control como gritar obscenidades en el público.

Pensamientos sobre relaciones en las que se tiene dudas sobre el amor o la fidelidad de la pareja.

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¿Cómo reducir los pensamientos intrusivos?

Aunque existen distintas estrategias para reducir los pensamientos intrusivos, si estos ocasionan que realices tus actividades cotidianas, son más recurrentes o te provocan que realices acciones repetitivas o ya están interfiriendo en tu vida diaria es necesario consultar con un especialista.

  • Desvincular el pensamiento intrusivo: cuando aparezca estudia por qué apareció en tu mente, no luches contra él.
  • Realizar ejercicio físico con frecuencia
  • Dedicar unos minutos al día a pensar sobre el pensamiento perturbador y apuntar las reflexiones a las que llegaste
  • Practicar la relajación
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