Imagina que conoces a alguien por redes sociales. Han intercambiado algunos mensajes, has visto sus fotos y, sin darte cuenta, comienzas a pensar en esa persona constantemente. Te ríes con sus textos, sientes que tienen mucho en común y comienzas a proyectar una vida juntos en tu mente. Pero, ¿realmente te estás enamorando de esa persona o de la imagen que construiste de ella?
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La idealización es un fenómeno psicológico en el que proyectamos nuestros deseos y expectativas en otra persona, rellenando los vacíos de lo que desconocemos con lo que queremos que sea. Es decir, nos enamoramos de la idea de una persona, no de la persona real. Y esto puede ser peligroso porque cuando finalmente la conocemos de verdad, la realidad puede no coincidir con lo que habíamos imaginado.
¿Qué tan real es el amor sin contacto físico?
En la era digital, es cada vez más común conocer personas a través de redes sociales o aplicaciones de citas. Puedes tener largas conversaciones por mensaje, videollamadas hasta altas horas de la noche e incluso sentir mariposas en el estómago cuando recibes una notificación de esa persona. Pero, ¿es suficiente para llamar a eso amor?
El amor requiere de más que solo palabras. El contacto físico, las miradas, el lenguaje corporal y la energía que se siente al estar cerca de alguien son elementos esenciales para construir una conexión verdadera. Sin estas piezas clave, el amor puede convertirse en una construcción mental basada en expectativas y no en una experiencia tangible.
¿La idealización puede destruir una relación real?
Cuando idealizamos a alguien, lo colocamos en un pedestal. Nos convencemos de que esa persona es perfecta, que comparte nuestros valores y que nunca nos hará daño. Pero cuando esa imagen perfecta comienza a desmoronarse al conocer sus defectos y contradicciones, el choque con la realidad puede ser devastador.
Idealizar a alguien nos impide ver sus verdaderos colores. En lugar de aceptar sus imperfecciones, nos sentimos decepcionados porque no encajan en la imagen que habíamos creado. El amor auténtico nace cuando aceptamos a la otra persona tal y como es, con todas sus virtudes y defectos. Pero si esa idealización es muy fuerte, el desencanto es inevitable.
¿Cómo diferenciar entre amor e idealización?
Si sientes que te estás enamorando de alguien que apenas conoces, pregúntate lo siguiente:
- ¿Conozco realmente a esta persona o solo la versión que me he imaginado?
- ¿He visto cómo reacciona en situaciones difíciles o incómodas?
- ¿Me siento atraído por su personalidad o solo por la forma en que me hace sentir a distancia?
El amor verdadero es complicado y está lleno de matices. No todo es perfecto ni sencillo, pero cuando te enamoras de verdad, aceptas tanto lo bueno como lo malo. Si solo te enamoras de la versión perfecta que creaste en tu mente, es probable que estés idealizando y no amando realmente.
Amor o ilusión: la línea es muy delgada
La idealización puede hacernos sentir como si estuviéramos viviendo una historia de amor perfecta, pero la verdad es que el amor real es imperfecto. No hay nada de malo en emocionarte por alguien nuevo, pero si te das cuenta de que estás llenando los espacios vacíos con tus propias expectativas, detente y analiza si realmente lo conoces o solo estás enamorada de la idea de lo que podría ser. El amor verdadero empieza cuando dejamos de idealizar y comenzamos a aceptar.
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