La hora a la que consumimos nuestros alimentos ha sido objeto de debate durante mucho tiempo. Recientemente, un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature ha arrojado nueva luz sobre este tema, generando una gran inquietud entre la población. A continuación, te presentamos todo lo que debes de saber sobre si realmente malo comer después de las 5 de la tarde.
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El ritmo circadiano y el metabolismo: ¿Una conexión crucial?
Nuestro organismo funciona siguiendo un reloj interno conocido como ritmo circadiano. Este reloj biológico sincroniza nuestras funciones fisiológicas con el ciclo de luz y oscuridad, influyendo en procesos tan importantes como el sueño, la temperatura corporal y, por supuesto, el metabolismo.
El metabolismo es el conjunto de reacciones químicas que nuestro cuerpo lleva a cabo para transformar los alimentos en energía. Durante el día, el metabolismo es más activo, ya que el cuerpo necesita energía para realizar las actividades diarias. Sin embargo, por la noche, el metabolismo se ralentiza, preparándose para el descanso.
¿Por qué es perjudicial comer después de las 5 de la tarde?
- Alteración del ritmo circadiano: Al consumir alimentos tarde en la noche, estamos enviando una señal confusa a nuestro reloj biológico, que interpreta esta ingesta como si fuera a primera hora del día. Esta interrupción del ritmo circadiano puede desencadenar una serie de problemas de salud.
- Aumento de los niveles de glucosa en sangre: Comer tarde puede provocar un aumento en los niveles de glucosa en sangre, lo que a largo plazo puede incrementar el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.
- Mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares: Los altos niveles de glucosa en sangre y los trastornos del metabolismo pueden contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión y la aterosclerosis.
- Alteraciones del sueño: Comer abundantemente antes de acostarse puede dificultar la conciliación del sueño y reducir su calidad, lo que a su vez tiene un impacto negativo en nuestra salud en general.
- Aumento de peso: Al consumir más calorías de las que quemamos, es más probable que ganemos peso. Además, comer tarde puede favorecer el almacenamiento de grasa, especialmente en la zona abdominal.
¿Qué podemos hacer?
Aunque no existe una hora mágica a partir de la cual esté prohibido comer, es recomendable establecer una ventana de alimentación que se adapte a nuestro ritmo de vida y necesidades individuales. Idealmente, la última comida del día debería consumirse al menos dos horas antes de acostarse.
- Cena ligera: Opta por cenas ligeras y fáciles de digerir, basadas en proteínas magras, verduras y carbohidratos complejos.
- Evita los alimentos procesados y azucarados: Estos alimentos pueden provocar picos de insulina y dificultar el sueño.
- Establece una rutina: Trata de cenar a la misma hora todos los días para regular tu reloj biológico.
- Escucha a tu cuerpo: Si tienes hambre antes de acostarte, puedes consumir un pequeño tentempié saludable, como una pieza de fruta o un yogur.
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