Si bien el llamado “golpe de calor” suele ser frecuentemente asociado con los humanos cuando debido a la exposición a altas temperaturas o estar debajo de los inclementes rayos del sol nos sentimos con dolor de cabeza, mareados, abochornados o hasta con náuseas, lo cierto es que también nuestros amiguitos peludos como perros y gatos también lo pueden sufrir.
¿Qué es el llamado “golpe de calor”?
Un “golpe de calor” genera los síntomas ya descritos debido a que el exceso de temperatura, (generalmente superior a los 28°), ya sea del mismo día o tras varios en donde el calor acaba con las reservas de azúcar y sales del cuerpo, esto genera la sensación de “desfallecimiento” y que el cuerpo busque el reposo y que ingiramos alimentos.
¿Cuáles son los síntomas de un “golpe de calor” en perros y gatos?
Todos los mamíferos somos propensos a sufrir un golpe de calor, y aunque uno como humano sepa qué siente los peluditos no nos lo pueden decir, pero, este problema es fácil de detectar si prestamos atención a signos y síntomas como: falta de fuerzas o de ganas de moverse, temblores, respiración agitada, nariz seca, saliva espesa o grumosa, tambaleos al moverse o falta de coordinación, entre otros.
¿Qué hacemos ante un “golpe de calor”?
Si vemos que presenta uno o todos los síntomas antes descritos hay que llevar al perro inmediatamente con el veterinario o solicitar su asistencia al domicilio, y mientras llega el especialista podemos poner lienzos húmedos con agua tibia sobre el cuello del animal, humedecer la boca con pocas cantidades de agua y poner un cubito de hielo sobre las ingles o el hocico del perro.
Es importante no dejar que beba agua en exceso o envolverlo en una toalla empapada o meterlo directo al agua fría porque podríamos enfriarlo en exceso y causar también problemas severos para el perrito.
¿Qué podría pasar si un perro no es atendido por un “golpe de calor”?
Aunque generalmente el perro que es detectado y atendido oportunamente no suele presentar problemáticas a futuro, un animal en estado de abandono por largos periodos de tiempo a las inclemencias del calor podría sufrir pérdida corporal de azúcar y sales, hemorragias gastrointestinales, insuficiencia renal o hepática, fallo multiorgánico y hasta la muerte.
¿Cómo prevenimos un “golpe de calor”?
Pudiera parecer obvio o hasta de “sentido común”, pero muchas veces se nos olvida que los perros y gatos no pertenecen a las azoteas ni a los patios traseros sin sombra y con sólo concreto alrededor. Requieren de espacios techados, cercanía con plantas o pasto que le de frescura a su entorno, alimento y agua conforme a su tamaño y necesidades de raza y paseos regulares.
Así mismo, es importante que el animal siempre tenga disponible agua limpia y fresca , (por ejemplo en un dispensador); cuente con una zona amplia de sombra y esté en un espacio bien ventilado, igualmente se recomienda que coma, pasee y haga ejercicio o juegue a la primera hora o última del día donde el calor es menor.
Además de no dejarlo nunca en un coche cerrado, puesto que el oxígeno se irá acabando y el calor aumentará, lo que podría generarle un “golpe de calor” o algún otro trastorno al animalito.