¿Alguna vez te has preguntado por qué, a pesar del cansancio acumulado, te cuesta conciliar el sueño cuando estás fuera de casa? Esa sensación de estar “con un ojo abierto” es más común de lo que crees y tiene una explicación científica. Nuestra mente, diseñada para protegernos, activa una serie de mecanismos cuando nos encontramos en un entorno desconocido, lo que dificulta que entremos en un estado de relajación profundo y así puedas dormir.
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¿Qué ocurre en nuestro cerebro cuando dormimos fuera de casa?
La respuesta a esta pregunta se encuentra en el funcionamiento de nuestro cerebro. Estudios científicos han demostrado que, durante la primera noche en un lugar nuevo, una parte de nuestro cerebro permanece en alerta.
Este fenómeno, conocido como “efecto de la primera noche”, se produce porque nuestro hemisferio izquierdo, el encargado de la lógica y el análisis, se mantiene más activo de lo normal. Al estar en un entorno desconocido, nuestro cerebro interpreta esta situación como potencialmente peligrosa y se mantiene alerta para detectar cualquier amenaza.
¿Cuáles son los factores que influyen en este fenómeno?
Además del entorno desconocido, otros factores pueden influir en la dificultad para dormir fuera de casa:
- Colchón y almohadas: Dormir en una cama diferente a la nuestra puede afectar la calidad de nuestro sueño. La firmeza del colchón, la altura de la almohada y la temperatura de la habitación son factores que pueden influir en nuestro descanso.
- Estrés: El estrés y la ansiedad pueden hacer que nuestro cerebro esté más activo y dificultar que nos relajemos.
- Los ruidos: Los ruidos externos, como el tráfico, los vecinos o los animales, pueden interrumpir nuestro sueño y dificultar que entremos en un estado de relajación profundo.
- Luz: La exposición a la luz artificial durante la noche puede alterar nuestros ritmos circadianos y dificultar el sueño.
¿Cómo mejorar la calidad del sueño cuando estamos fuera de casa?
A pesar de que el “efecto de la primera noche” es un fenómeno natural, existen algunas estrategias que pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño cuando estamos fuera de casa:
- Crear un ambiente relajante: Trata de hacer que la habitación sea lo más acogedora posible. Puedes utilizar un antifaz para bloquear la luz, tapones para los oídos para reducir el ruido y una almohada de viaje para mayor comodidad.
- Establecer una rutina: Intenta mantener una rutina de sueño similar a la que tienes en casa. Vete a la cama y levántate a la misma hora todos los días.
- Evita las pantallas: La luz azul emitida por las pantallas de los dispositivos electrónicos puede interferir con la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Evita usar dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarte.
- Relajación: Practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda o la meditación, puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.
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