Vamos a subirle la temperatura al ambiente porque, ya bien sabíamos que desde finales de 1800 los médicos asumían que la liberación de endorfinas y serotonina ayudaba a hombres y mujeres a “ reducir la histeria ” ; e incluso con los años nos hemos hecho de libros sobre cómo mejorar tu desempeño en las artes amatorias o nos hemos familiarizado con hablar de esas cosas chistosas que pasan en el sexo y no siempre admitimos, pero… ¿Sabemos realmente subirle la temperatura al momento?, ¿O siempre nos fiamos de un clásico beso con mordida?
Seamos sinceros, un buen beso puede hacer maravillas para incluso cambiar de planes y decidir llegar tarde a cualquier lugar con tal de comenzar a realizar nuestros maquiavélicos y gozosos planes al lado de nuestro ser querido, pero, muchas veces nos queda la duda: ¿dónde más podríamos tocar para que nuestra pareja sienta más?
¿Qué son los puntos erógenos?
Iniciemos con lo básico: un punto erógeno es aquel que genera un estímulo sexual y/o sensación de placer debido a su estimulación con caricias, besos o cualquier otra cosa que se nos ocurra o acordemos. Lo que las suele caracterizar es que son puntos con una gran cantidad de terminales nerviosas y también piel mucho más carnosa, delgada y sensible.
Ahora bien, los puntos erógenos se dividen en dos: primarios, (una zona primordialmente sexual y relacionada con la reproducción, es decir los genitales); y los secundarios, (aquellos que por la cantidad de terminales nerviosas pueden ser sensibles y provocar placer en mayor o menor medida dependiendo de los gustos de la persona).
¿Por qué son importantes los puntos erógenos?
Es entonces que los puntos erógenos no son sólo importantes durante el acto, también juegan un papel fundamental en los juegos previos e incluso después, sí, leíste bien, después del acto, puesto que la sensación de relajación y bienestar acompañada por la liberación de oxitocina es suficiente para adormecer y hacer sentir “felicidad”, lo cierto es que, masajear puntos claves podrían no sólo generar placer, sino un mayor acoplamiento en la pareja y conocimiento de los gustos del otro.
Así pues, la curiosidad por tener una buena experiencia en la cama, (o el sitio que elijamos), es algo innato del ser humano, ya sea desde el “libro rojo del placer”, hasta investigaciones modernas como el “Reports of intimate touch: Erogenous zones and somatosensory cortical organization” publicados en la revista internacional de neurociencia “Córtex” en 2013 reveló que las mujeres son más sensibles a las zonas erógenas, pero comparten con los hombres la gran mayoría de estas y que más allá de las zonas primarias, los puntos variables o secundarios no dependen sólo de la sensibilidad del área sino de las experiencias con las que se ligue el punto. Mente sobre materia, ¿qué tal, eh?
¿Cuáles son los puntos erógenos de hombres y mujeres?
Dicho lo cual, eludiendo la clásica respuesta de dónde tocar para calentar la situación que caería en los genitales, cuello, (garganta, base de los hombros o clavícula), lóbulo de las orejas y por supuesto los labios, el estudio realizado en 800 personas, (400 hombres y 400 mujeres), reveló que hay más que esos puntos como la espalda, glúteos, parte interna del muslo, nuca, cara interna de la muñeca / brazo y los pechos no se deberían de dejar de lado, pues ambos se podrían derretir con la caricia correcta en esas zonas un masaje, mordida ligera o beso.
Finalmente, pese a lo dicho anteriormente dicen por ahí que “el mejor afrodisiaco está en la mente” y quizás, no hay mejor manera de aprender cada punto erógeno con tu pareja que hablando e intentando, ¿no suena a una excelente “tarea” para tener el resto del fin de semana?
