Vamos a ser sinceros, incluso los que tenemos el peor olfato sabemos que un bebé tiene un aroma distinto y dulzón, que un libro viejo o uno nuevo posee un olor diferente, así como las personas que trabajan en el ramo de la salud podrían tener un “buque” a medicamentos o alcohol… Así también nuestros abuelitos y bisabuelitos huelen a “viejito”.
Ciertamente ninguno de los aromas antes mencionados son desagradables, pero sí característicos y si no sabíamos por qué huelen como huelen, hoy sabremos qué lo hace pasar y además desde qué edad el cuerpo toma este olor.
¿De dónde viene el “olor a viejito”?
Aunque antes se decía que era el aroma de la naftalina usada para preservar objetos en los clósets y armarios, (si no sabes qué es eso eres demasiado joven para leer este artículo), era lo que hacía que las personas mayores olieran “diferente” así como la propensión a usar más ungüentos, cremas y medicamentos.
Hoy se sabe gracias al químico José María Antón que es un cambio hormonal de la molécula “2-nonelal” que se genera en la piel por la oxidación de los ácidos grasos, es decir, conforme más adultos nos volvemos el cuerpo se empieza a regenerar más despacio y a producir menos de ciertas hormonas o lípidos lo que suscita que dejemos de generar antioxidantes y eso promueva otros aromas en nuestra piel.
¿Entonces qué cambia nuestro aroma?
Lo cierto es que no es un “cambio de golpe y porrazo”, tarda mucho tiempo en que el olor de nuestro cuerpo cambie de forma tan evidente, pero entre más grandes seamos y menos antioxidantes generemos esto se hará presente a mayor medida.
¿Cómo prevenimos el “olor a viejito”?
Según médicos y nutriólogos aunque el envejecimiento es natural y forma parte del ciclo de la vida tomar mucha agua, evitar sobreexponernos al sol sin bloqueadores de factor UV, hacer ejercicio, llevar una buena alimentación, evitar el alcohol y el cigarro, así como de acuerdo a tu doctor de cabecera tomar suplementos en hierro, calcio, vitamina “c” y antioxidantes ayudarán a retrasar la aparición de dicho aroma.
Así mismo hay que tomar en cuenta que de los 30 años en adelante perdemos tejido magro, así como el hígado, los riñones y otros órganos comienzan a perder algunas células y los huesos sus minerales, por eso aparecen dolores o enfermedades, canas o arrugas .
Por eso desde hoy elige una dieta balanceada y acude a tu médico para que te diga qué vitaminas o minerales incluir en tu dieta.
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