Para nadie es fácil una entrevista de trabajo y es normal que los nervios se pongan a flor de piel, porque no importa cuánta experiencia tengamos o incluso nuestros buenos antecedentes en otros lugares, es un ambiente desconocido del que no tenemos control.
Sin embargo, sea una entrevista remota o presencial, hay algunos tips que te podrían ayudar a salir con una propuesta salarial o por lo menos la promesa de una segunda entrevista.
¿Qué hacer antes de una entrevista de trabajo?
Lo primero y más importante es tener un Currículum Vitae bien armado, que además se adapte al puesto que vas a solicitar, es decir, aquella experiencia que no sea en el ramo o ámbito ni equiparable a lo que esperas hacer, entonces no la pongas.
Ten un CV para cada giro que tengas, por ejemplo, si estudiaste comunicación o diseño y estás aplicando para una editorial, no pongas que fuiste niñera o tuviste un restaurante.
Asimismo, también te convendría entender a profundidad la vacante y la empresa a la que vas, toda la información que puedas obtener de su sitio web, redes sociales y hasta entrevistas en medios de comunicación te harán saber a dónde te diriges y qué puedes ofrecer.
¿Cómo debo presentarme en una entrevista de trabajo?
Ya teniendo la entrevista pasaste el primer filtro, tu CV es llamativo, después de eso la cita con Recursos Humanos o tu siguiente jefe será también muy importante por eso debes conocer el nombre y apellido de con quién te diriges, así como cómo se pronuncia.
Para la reunión es vital que tomes bien tu tiempo, descanses el día anterior y evites llegar sin desayunar, desvelado o vestido fuera del puesto que pretendes, si venderás o tendrás un trabajo de escritorio el código de vestimenta es diferente a la de un creativo.
Llega a tiempo, es decir 5 a lo mucho 10 minutos antes, si es mucho antes de la hora acordada o mucho después también se considera impuntualidad o síntoma de ansiedad, así que ten prudencia.
Igualmente procura escuchar atentamente, mirar a los ojos y sentarte erguido sin estar incómodo, así como no jugar con objetos personales, mover la pierna o adoptar algún tic nervioso que denote que estás preocupado.
Ve con tiempo y deja el celular en silencio, si suena te puede desconcentrar o hacer sentir al otro que no es tu prioridad.
Evita ante todo criticar a la empresa de la que te vas, focalizarte en que es una oportunidad de crecimiento o en tu plan de vida futuro.
Finalmente, aprovecha el final de la entrevista para hacer preguntas clave como: qué se esperaría de ti de ser contratado ahí, cuáles serían tus funciones, el salario que están buscando darte o incluso en vez de preguntar explícale qué crees que podrías aportar tú en ese puesto, de esa manera no sólo te verás carismático sino interesado en lo que estás haciendo.
¡Ánimo! Ante todo sé sincero y mantente sereno, si escuchas con atención las preguntas te darán la información que necesitas para aprobar tu proceso.
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