Cómo ponerle un alto a las relaciones tóxicas

Todos hemos sentido que estamos conviviendo con alguien que nos hace sentir inquietos o utilizados, quizás esa podría ser una persona tóxica.

Jessica Martin
Tendencia y Viral
Compartir
  •   Copiar enlace
Cómo ponerle un alto a las relaciones tóxicas.jpg

Actualmente en la era millennial estamos en un proceso constante de deconstrucción social, de cambio de creencias, ideales, diccionarios , palabras y hasta formas de querer, por ende, no es de sorprenderse que sean ellos los que hayan acudido con más apertura con profesionales como psicólogos o terapeutas que sepan hablar claramente de las relaciones, vínculos emocionales y de los límites de cada uno de estos.

Hay una frase por ahí que reza: “las relaciones emocionales sanas requieren un 50% de cada uno de los participantes, es un esfuerzo recíproco o tal relación no existe”, y es cierto, si no ponemos de nuestra parte para “llevarnos bien”, (sin dejarnos pisotear), el vínculo no será justo y recíproco, pero, ¿qué pasa cuando ponemos de nuestra parte y las cosas salen de una forma que nos hace sentir mal?

¿Qué es una relación tóxica?

Si bien, no podemos decir que una persona es “tóxica” ya que ni ha vivido en Chernóbil ni posee radiactividad, (o criptonita en caso de que seamos parientes de Superman), sí se puede afirmar que una persona tiene “conductas nocivas” o “tóxicas” que, sin querer o queriendo, dañan a los otros a su alrededor.

Este tipo de conductas generan que la otra persona se sienta menospreciada, infravalorada, ofendida, utilizada o como segunda o tercera opción, lo cual se fomenta en base a ignorar las necesidades, opiniones, gustos o prioridades del otro y en hacer comentarios o tener actitudes que subyuguen al otro.

¿Qué tipo de relaciones tóxicas puede haber?

Correctamente no se puede decir que hay “tipos” ya que todos somos personas y al final nos “vinculamos” con otros “seres” que sienten y piensan y eso es una premisa que nos hace “partir del mismo punto”, no obstante, ya que dividimos las clases de relaciones, entonces podríamos hablar de: parejas, familiares, conocidos, amigos y compañeros o jefes tóxicos.

Si bien, las motivaciones y “modus operandi” varían, en general suele tratarse de que en alguna de estas relaciones estés con un narcisista, alguien que necesita llamar constantemente la atención y recibir halagos por las cosas que hizo, (o dice que hizo), utilizando esto como palanca para demostrar que “no los merecen” o “son demasiado”, sin realmente tener un compromiso o dedicación plena al hecho que tanto presume. (Ojo, que no es lo mismo que tener seguridad en uno mismo o autoestima, porque obviamente todos valemos, el caso es que no se pise a otros para brillar uno).

personas toxicas.jpg

¿Cómo identificamos a un narcisista?

Como hemos dicho esta persona hará lo imposible por quedar bien, incluso mentir para sobresalir del resto y podrá ser tendiente a echar mano del chantaje, la coerción, (si tú no haces “x”, entonces yo no…), el uso de culpas e incluso el buscar “jalar” a otros hacia su postura, generando bandos.

Lo más fácil para detectar a un narcisista es ver que si algo le sale muy bien es porque “son así de capaces” y si no resulta “entonces todos tienen la culpa”; así mismo, otro buen termostato es cómo tratan a los demás, el respeto y atención que le dan a todos, sean familia, pareja o personas que te brindan un servicio.

¿Cómo salir de una relación tóxica con un narcisista?

Lo primero es identificar porqué estás ahí y cuál es la circunstancia, pedir ayuda a un psicólogo o terapeuta y comprender si es una necesidad, (trabajas con esa persona y no hay modo de evadirlo), o si estás generando una codependencia en la que te han humillado tanto que buscas aceptación en el otro.

Hecho lo anterior y viendo las alternativas para salir de esa relación, (nuevo trabajo, podar el árbol familiar, acudir a Recursos Humanos o al jefe inmediato o terminar), entonces lo primero que debemos hacer es restarle poder sin prestarle atención, siendo corteses pero distantes hasta que pierda el interés en generar conductas nocivas a nuestro alrededor, procurar redes de confianza a través de familiares o personas cercanas que puedan apoyarte y en caso de compartir trabajo, entonces procurar asociarte lo menos posible y si lo debes hacer, deja evidencias de sus comunicaciones, no aceptes nada verbal y acude a tu jefe para que esté al tanto de la circunstancia.

Ante todo, evita enfrentamientos y conflictos, porque en el momento que se sienten vulnerables pueden ser agresivos. Sepárate de esa circunstancia o persona y valórate, el punto más importante para que puedas “vivir en paz” es aprender a no enrolarte en discusiones, pleitos o problemas, porque como dice el dicho: “se necesitan dos para bailar tango”, en medida de que no lo fomentes el conflicto no escalará, muéstrate tranquilo pero inflexible, alza la voz por ti y ten aplomo.

Lucha por tu paz mental, priorízate ante todo y evita circunstancias que te pongan en riesgo. Y decide por ti, todo lo demás viene después.

Te podría interesar: Curioso método contra la histeria de las mujeres en el siglo XIX

DISFRUTA LA SEÑAL DE TV AZTECA
Contenido relacionado
×