En el Congreso de Jalisco presentaron una iniciativa para aumentar las penas por maltrato animal, la pena máxima subirá de tres a ocho años. Y lo novedoso fue que por robo de mascota o secuestro se tipifica el robo y se castiga con hasta cinco años de prisión.
Suena bien, sin embargo también se ha cuestionado que es un acto más de populismo legislativo que no resuelve nada.
¿Piensan que aumentar las penas inhibirá los actos de crueldad?
Con el paso de los años se ha comprobado que elevar las penas por homicidio, feminicidio y asesinatos de policías, NO ha reducido esos delitos.
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Y aquí hay un dato importante, en 2014 fue creada en Jalisco la unidad especializada de protección animal adscrita a la Fiscalía del Estado.
Acaso, ¿saben las diputadas que cuenta con un solo agente del Ministerio Público? ¿Están enteradas de que en Ciencias Forenses hay un solo perito especializado en maltrato animal? Con este referente surge la pregunta: ¿Con qué herramientas aplicarán la ley cuando no hay capacidad institucional?
En lugar de aumentar penas deberían aplicarse las actuales en casos asombrosos, por ejemplo: En noviembre pasado, ocurrió un acto despiadado y de máxima crueldad; un funcionario de Educación Jalisco fue video grabado en Tesistán, Zapopan, cuando azotaba a un perro contra una barda hasta matarlo. Este sujeto ni siquiera fue vinculado a proceso, un maltrato viral, visible y que quedó en total impunidad.
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Entonces, la pregunta es, ¿la violencia o robo se resuelve con mayores penas? Cuando hemos visto muchos casos y ningún agresor encerrado por ese delito.
Ahí dejo la reflexión para diputados y para las instituciones de justicia.
El envenenamiento a animales, considerado como maltrato animal