La noche Extranormal ya comenzó, el escenario es una casa con más de 177 años en el centro de León, Guanajuato, sus muros aún de pie son testigos de lo que pudo haber pasado, pues aún se siente que algo late entre ellos, se siente, se escucha, algo la mueve y algo la habita.
En el centro de León, Guanajuato, se pueden encontrar casonas viejas que fueron construidas hace más de 200 años, casas que siguen de pie, que permanecen al igual que sus historias, aquellas que se han escrito con miedo y que hablan de apariciones y entidades oscuras.
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Hoy una de esas casas funciona como escuela de cine y son los estudiantes quienes han vivido momentos Extranormales.
A lo largo de los años el cine ha plasmado el mundo sobrenatural a través de las películas de terror, imágenes que nos envuelven en miedo, que nos hacen sentir cerca del fenómeno. Extranormal nos entrega una extensa investigación en la parte más antigua del centro de León, Guanajuato Se trata de dos casas con casi 200 años de antigüedad. La primera , hoy funciona como escuela de cine, aquí , los estudiantes han visto manifestaciones a plena luz del día. La segunda casa , fue utilizada como locación para un filme de terror, lo que pasó durante el rodaje no dejó terminar las escenas finales. La realidad supera la ficción.
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La casa que se ha convertido en un cine de terror
“De pronto salen corriendo porque sienten que alguien los tocó y no me explico cómo los pueden asustar a media mañana pero mis alumnos llegaban corriendo y en verdad tenían la piel chinita”, dijo uno de los profesores.
Pero las manifestaciones no se limitan a un solo lugar, pues a unos cuantos metros se encuentra otra vivienda, su ambiente tétrico fue aprovechado por los mismos estudiantes para realizar un cortometraje de horror sin imaginar que lo vivirían en carne propia.
“Sucedieron cosas muy extrañas, por ejemplo, grabando en la parte alta azotan una puerta abajo y hay una escalera de madera antigua que comenzó a crujir y otro portazo en otro cuarto entonces el grupo de alumnos se atemorizó y terminamos de grabar el cortometraje que iba para 12 minutos lo terminamos en cinco porque la tensión fue muy fuerte, el ambiente se hizo muy pesado y los chavos comenzaron a sudar en un horario de media noche y en noviembre, además de que algunos alumnos grabaron en sus celulares como respaldo y de pronto dejaron de funcionar, eso fue muy raro, muy extraño porque de pronto cuando era una grabación programada se convirtió en una noche muy fuerte, con una energía muy fuerte”, dijo el profesor de la escuela.