Durante todos estos años la audiencia nos ha acompañado de forma incondicional, han sido testigos de casos, situaciones aterradoras por las que han pasado muchas personas en sus hogares y esta noche enfrentamos un caso muy difícil que necesitaba ser atendido con urgencia, la casa de la señora Clara.
Llegamos a la parroquia del centro de Tala, Jalisco, tras un viaje que se complicó por la lluvia y por el sismo del 19 de septiembre que se dio horas antes de la investigación, por lo cual la energía estaba muy extraña.
La fecha fue muy significativa en donde se vivieron momentos muy estresantes además de que recordamos a todas las personas que fallecieron por temblores que se presentaron en 19 de septiembre en años anteriores en México.
Octavio Elizondo explica que las líneas geopáticas están más alteradas que de costumbre, la frecuencia vibratoria es baja tanto de la tierra como de los lugares y las personas, lo que implica que la investigación de esta noche será más complicada y habrá más riesgo, pues la línea geopática está abierta, quiere decir que hay un portal abierto, que los demonios, las entidades, el dolor y el sufrimiento tiene mucho más acceso en este momento.
Hoy vamos a la casa de la señora Clara y la verdad es que nos ha mandado su testimonio, cómo han pasado las cosas en su casa y son demasiadas cosas las que han pasado en su casa, son cosas verdaderamente terrible.
Es un día muy distinto por lo que ha pasado y por la lluvia que genera un ambiente más pesado, la gente refleja el miedo en sus ojos, una réplica podría hacerse presente.
Octavio Elizondo aseguró que es un día muy difícil y complicado para trabajar.
Llegamos al domicilio de la señora Clara en donde en un principio nos platicó todo lo que estaba pasando en su hogar.
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Un ser invadió la casa de la señora Clara
“Este mueble lo tenía en un cuarto, ella fallece y le regalan dos payasos que se movían cuando los tocabas, cuando murió mi suegra se queda uno en cada esquina y le dije a mis hijas que no se tocaban porque eran recuerdo de mi suegra, nadie los movía pero en una ocasión que estaba planchando, un payaso se movía de un lado a otro. Fui con el cura y me dijo que este payaso había cobrado vida y me dijo que lo tirara. Vino el padre, hizo limpia y mi hija seguía jugando con un amigo imaginario y ahora en un pasillo pasa una niña vestida de blanco, nos hablan por nuestro nombre y nos sentimos observados. Mi hija la más chica en dos ocasiones ha intentado suicidarse porque le dijeron que ella no tenía que estar aquí”, dijo la señora Clara.
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