El 24 de noviembre se cumplieron 15 años del asesinato de Valentín Elizalde, “El Gallo de Oro”, cuya trágica muerte quedaría marcada en el corazón de sus fanáticos y haría los noviembres aún más tristes para su familia.
Sería el 24 de noviembre de 2006 cuando el mundo sabría que el Gallo de Oro de 27 años tras ser asesinado en Reynosa, Tamaulipas, baleado cuando se disponía a dejar el lugar a bordo de su camioneta, tras la presentación de un Palenque donde cantó “a mis enemigos”.
Noviembre un mes triste para los Elizalde
El dolor de la pérdida de un hijo es tan dolorosa que ni siquiera existen las palabras, pero su madre, también en noviembre se había vuelto viuda unos años antes, ya que el padre de Valentín, Lalo el “Gallo Grande” a los 52 años recién cumplidos perdió la vida el 23 de dicho mes en 1992, cuando apenas alcanzaba la cúspide del reconocimiento y la fama.
El “Gallo Grande” perdió la vida cuando el “Gallo de Oro” apenas era un adolescente de tan sólo 13 años, en Villa Juárez, Sonora y la camioneta que manejaba se salió de la carretera en una curva.
Catorce años después, la familia Elizalde sufriría la pérdida de Valentín Elizalde, convirtiendo el mes de noviembre en uno de los más tristes.
Sobre Valentín Elizalde
Valentín Elizalde Valencia, nacido en febrero de 1979 en Navajoa, Sonora, también conocido como “El Gallo de Oro” o “Valentín Elizalde” a secas, fue un cantante mexicano que destacó en la música regional en los géneros de banda sinaloense y norteña.
A su muerte, tenía 11 discos grabados con éxitos que le catapultaron a la fama como “Soy Así”, “Vencedor”, “Como me duele”, “La más deseada”, “El sinaoloense”, “Corazón de Oro”, entre otros, de hecho, en 2006 fue nominado a los premios Grammy Latino como “Mejor Álbum de Banda”, ceremonia a la que desgraciadamente no pudo asistir.
Elizalde no es el único que ha dejado un hueco en el corazón de los fanáticos de la música regional mexicana, pues, otros también han sufrido un funesto fin como Jenni Rivera, Sergio Gómez y Selena, quienes pusieron el nombre de México en alto y se fueron mucho antes de lo que nadie hubiera esperado, en condiciones, casi siempre imprevisibles.
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