El ex-jugador de Chivas que se convirtió en Pastor de una Iglesia

Noé Zárate, exjugador del Club Deportivo Guadalajara, vivió el sueño de ser parte de la mítica generación de las Súper Chivas de los años 90. Sin embargo, a pesar de haber sido parte esencial del histórico título del Verano del 97, el ex-lateral decidió dar un giro radical a su vida, dejando las canchas para dedicarse a la iglesia y a servir a su comunidad.

Nacido en Acatlán de Juárez, Jalisco, Noé creció en un ambiente futbolero. Desde niño, los balones fueron parte esencial de su vida, logrando destacarse en los equipos locales. Su talento no pasó desapercibido y, a los 18 años, las puertas del Guadalajara se abrieron para él.

Fue reclutado por el equipo tras su paso por el club Federación de Estudiantes de Guadalajara, donde jugaba en las divisiones infantiles y juveniles.

Zárate fue parte fundamental de las Súper Chivas, una generación que marcaría una época en el fútbol mexicano, con figuras legendarias como Ramón Ramírez, Claudio Suárez y Daniel Guzmán, quienes compartieron campo con él.

Con su participación en el campeonato de la Liga MX en 1997, Noé Zárate se consagró como parte de la historia del club. En esa final contra Toros Neza, los jugadores lograron no solo el título, sino una conexión especial con la afición, consolidando a las Súper Chivas como una de las generaciones más queridas por los seguidores del club.

Sin embargo, a los 31 años, Zárate decidió poner fin a su carrera futbolística de manera sorpresiva. Fue en medio de una situación compleja con su representante que el exjugador encontró el camino hacia un propósito más grande: ayudar a su comunidad.

En una entrevista exclusiva con Rebaño Pasión, Zárate relató cómo un problema dentro de la iglesia a la que asistía lo llevó a tomar la decisión de retirarse de los campos y dedicarse al servicio cristiano en su pueblo natal.

“Mi esposa y yo decidimos quedarnos aquí y esperar. Aunque no esperaba continuar mi carrera profesional en el fútbol, sentí que este era el llamado de Dios”, confesó.

A pesar de la radical transformación de su vida, Zárate destaca que, en muchos aspectos, el compromiso, sacrificio y disciplina que aprendió en el fútbol son los mismos principios que aplica hoy en su labor religiosa.

Noé Zárate también trabaja como profesor de Educación Física en una escuela privada en Jalisco, donde comparte su conocimiento del fútbol con las nuevas generaciones.

Hoy, casi dos décadas después de haber dejado el fútbol profesional, Noé Zárate se siente pleno y agradecido con la vida que eligió.