El número 10 en el fútbol siempre ha sido sinónimo de magia, creatividad y liderazgo. Sin embargo, en algunos equipos, este dorsal se ha convertido en una especie de maldición. Uno de los casos más llamativos es el del Atlas Fútbol Club, equipo mexicano que durante décadas ha visto cómo sus jugadores con el número 10 en la espalda no han podido brillar con la intensidad esperada.
La historia del Atlas está marcada por grandes jugadores que han vestido sus colores, pero también por una serie de eventos desafortunados que han alimentado la leyenda de la “maldición del 10". A pesar de que el fútbol es un deporte lleno de estadísticas y análisis tácticos, la superstición y el folclore siempre han tenido un lugar especial en el corazón de los aficionados.
¿Por qué se dice que el número 10 en Atlas tiene una maldición?
Existen diversas teorías que intentan explicar esta curiosa situación. Algunos señalan que la presión de llevar el número 10 en un equipo con una afición tan exigente como la del Atlas puede ser demasiado para algunos jugadores. Otros apuntan a factores externos, como la mala suerte o la influencia de antiguos jugadores que no lograron cumplir con las expectativas.
Lo cierto es que a lo largo de los años, varios jugadores de renombre han pasado por el Atlas con el número 10 en la espalda, pero ninguno ha logrado trascender de la misma manera que otros jugadores en diferentes equipos. Esta situación ha generado una gran frustración entre los aficionados rojinegros, quienes han visto cómo sus equipos se han quedado a las puertas de grandes logros, a pesar de contar con jugadores de calidad.
¿Realmente se trata de una maldición?
Además de los factores externos y las teorías de la mala suerte, es importante analizar el impacto psicológico que puede tener un número como el 10 en un jugador. El dorsal 10, históricamente asociado a los mejores futbolistas del mundo, genera una expectativa y una presión adicionales sobre quien lo porta. Esta carga psicológica puede afectar el rendimiento de los jugadores, generando bloqueos mentales o una búsqueda constante de la perfección que, en ocasiones, puede ser contraproducente.
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