Tyson vs Foreman: Los combates de ensueño en el boxeo ¿Cuál fue el motivo de que no se realizarán?

A lo largo de la historia, el boxeo nos ha regalado combates inolvidables que marcaron generaciones. Sin embargo, también nos ha quedado a deber.

Por decisiones de promotores, intereses comerciales o simples malas coincidencias, hubo peleas que el mundo pidió a gritos, pero el ring nunca vio. Enfrentamientos que prometían épica, rivalidades que estaban al rojo vivo, estilos que chocaban perfecto… pero que nunca se concretaron.

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Imaginen el Madison Square Garden temblando. Mike Tyson , un huracán de furia y juventud, frente a George Foreman, el veterano de puños de acero que ya había dominado dos eras.

La pelea pudo haber sido en 1990, cuando ambos estaban activos… pero Foreman nunca presionó por ese duelo. Tyson era demasiado peligroso, y Foreman demasiado astuto. El resultado: el combate más intimidante de la historia, se quedó solo en la imaginación.

Sí, se enfrentaron. Pero fue en 2015, cuando la chispa ya no era la misma. Los fanáticos pedían el duelo desde 2009, cuando Floyd era el maestro del contragolpe y Pacquiao un torbellino imparable.

Si se hubieran medido en ese entonces, estaríamos hablando de una guerra por el trono libra por libra. En cambio, tuvimos una clase de boxeo defensivo que dejó más preguntas que respuestas.

En 2018, Anthony Joshua era una superestrella global con tres cinturones. Wilder, el noqueador temido con el cetro del CMB.

La pelea era lógica, inevitable… pero nunca ocurrió. Negociaciones rotas, miedo al riesgo y movimientos empresariales evitaron que se unificara el peso completo. Ahora, aunque aún podría realizarse, jamás será tan grande como lo fue en su momento dorado.

Ambos son parte de la élite mexicana. Ambos dieron batallas inolvidables ante Barrera y Pacquiao .

Pero jamás cruzaron guantes entre ellos. ¿Por qué? Diferencias entre promotores, tiempos mal calculados y prioridades distintas. Fue el clásico “ahora no”, que se convirtió en “nunca”. Y así, se esfumó un duelo de estilos perfecto: el corazón guerrero de Morales contra la precisión quirúrgica de Márquez.

Antes de ser “Money”, Floyd era “Pretty Boy”, el mejor técnico del boxeo. Y Antonio Margarito era el mexicano invencible, alto, incansable, con una mandíbula de acero y volumen de golpes infernal.

Se hablaba de esa pelea en 2006, pero nunca se concretó. Algunos dicen que Floyd la evitó. Otros que simplemente no fue negocio. Pero todos sabemos que ese duelo tenía algo especial.

Canelo dominaba las 168 libras. Ward era el rey retirado de las 175. El mundo soñaba con verlos encontrarse en el centro.

Estilos contrastantes, inteligencias brillantes… pero no sucedió. Ward ya había colgado los guantes, y aunque DAZN intentó revivirlo en 2019, la chispa no prendió. Hubiera sido una joya táctica, una batalla de ajedrez a puño limpio.

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