Habitantes de Huatulco son quienes cuidan del campo del golf Tangolunda
El campo de golf de Tangolunda cuenta con especies únicas y en peligro, por lo que su mantenimiento es extremadamente cuidadoso.
Ellos son los inquilinos del campo de golf Tangolunda en Huatulco, la supervivencia de varias especies aquí, es gracias a que no cualquiera entra al campo, aunado a la presencia de cercas, los canales pluviales que funcionan como barrera para el ingreso de saqueadores y la presencia activa de personal de mantenimiento y vigilancia privada.
“De hecho, esa es una de las encomiendas que tenemos, cuidar la fauna, cuidar todos los animales que hay en el campo, tenemos prohibido tocarlos”, mencionó Leyvert Morales.
Las condiciones con las que cuenta el campo de golf, evitan además que se deposite basura que mata a las especies, como ocurre en los Parques Nacionales de Huatulco II y Ricardo Flores Magón.
“Perderíamos una cantidad de individuos que son muy carismáticos o relevantes o que incluso puedan ser comercializados de manera ilegal” explicó Jesús Pacheco, Instituto Ecología UNAM.
El 98% del campo de golf es de naturaleza y casa de especies endémicas y migratorias.
Un ejemplo es la iguana verde y la iguana negra, ambas especies protegidas en la categoría de “amenazadas” según la NOM-059-SERMANAT-2010.
También habitan aquí el perico frente naranja y el loro frente blanca, incluidos en la categoría de “sujeta a protección especial”. Todas ellas cuidadas en el entorno de un deporte que es respetuoso con el medio ambiente.
Mire el contraste en parques abandonados que están a unos kilómetros.
“Es algo que nos preocupa mucho porque puedes definir áreas protegidas, pero si no hay presupuesto, si no hay cuidado, no funcionan y se pueden perder y hay muchas áreas protegidas donde se ha tirado la selva”, comentó Luis Eguiarte, investigador de la UNAM.
Ahí hay venados que han captado en video, pero que luchan por la vida entre basura y perros ferales.
“Luego aquí tenemos un venadito al que le doy un poquito de agua, lo había mordido un perro y entonces hay que poner un poquito de vigilancia”, mencionó Margarita Martínez, habitante de Huatulco.
La suspensión definitiva para que Producciones Especializadas S.A. de C.V., “No sea desposeída del polígono en donde se ubica el campo de golf Tangolunda en Huatulco”, también blinda al ecosistema.
“Lo que pasa es que no tenemos claro que la naturaleza no nos necesita. Pero nosotros, sin los servicios ambientales que nos da la naturaleza y en particular la diversidad, no estaríamos aquí ni podríamos respirar y mucho menos comer”, agregó Valeria Souza, investigadora de la UNAM.
Solo falta que se abra la puerta judicial para que el golf se mantenga como sustento a las fuentes de empleo.
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