La emblemática leyenda de Nachito en el Panteón de Belén
La leyenda de Nachito es una de las más fascinantes que se cuentan en el museo del Panteón de Belén, el cual, su espíritu ronda entre las tumbas cuidando sus juguetes.
El señor Francisco Palacios es el encargado del museo de Santa Paula de Belén y nos va a mencionar las diferentes teorías sobre la leyenda del niño Nachito. La leyenda de Nachito comienza con su muerte el 24 de mayo de 1882, se dice que murió de nictofobia, miedo a la oscuridad; sus padres ponían durante la noche antorchas en su recámara para iluminar; pero una noche de tormenta las antorchas se apagaron
“Era tanto el miedo que el niño tenía que en las noches que lo tenían que dormir con lámparas de quinques, entonces estás lámparas se las prendieron en la noche para que el niño pudiera descansar tranquilo, desafortunadamente llovió tan fuerte que un sifón entró, abrió la puerta, la ventana de Nachito muy fuerte y apaga los quinques, el niño se despierta en la más terrible oscuridad y entonces empieza a tener tanto miedo que le da un infarto”, narró Francisco Palacios, encargado del museo del Panteón de Belén.
El pequeño fue enterrado en el panteón de Belén y durante 10 días continuó sin ataúd, que aparecía en la superficie a un costado de su tumba.
“El velador empezó a ver tantos juguetes que dijo, ‘me voy a llevar alguno’. Cuando quiso agarrar uno, la leyenda cuenta que el niño empezó a salir su caja con su féretro de entre la tierra, esto lo asustó tanto que empezó a gritar ‘que si era cierto que el niño estaba hechizado’ y la gente empezó a venir por curiosidad; los padres indignados empezaron a construir el sarcófago, el cual tienen la parte de enmedio una abertura para que le entren por la mañana los rayos de luz, y en la noche le pusieron pilares para poner unas antorchas para que en las noches estuviera iluminado”, contó Francisco Palacios, encargado del museo del Panteón de Belén.
Los visitantes le obsequian juguetes a Nachito
Es una costumbre que los visitantes le dejen juguetes y de llevarse alguno el espíritu del niño podría acompañarte hasta tu casa.
“En realidad este es un monumento mortuorio, el cual simboliza precisamente un infante, pero también nos da la realidad de que él era un Doctor Pediatra, Ignacio Torres Altamirano. Entonces por lo tal le hicieron este monumento para que también en el arte mortuorio significará que él curaba a los niños”, dijo Francisco Palacios, encargado del museo del Panteón de Belén.
Otra de las versiones es que son espíritus de los infantes enterrados en este camposanto los que juegan en la tumba de Ignacio Torres Altamirano, pero usted tiene la última palabra si llega a visitar este lugar tan emblemático