La receta para el amor moderno: la deconstrucción romántica

Aunque cada cabeza sea un mundo y las relaciones también, sin duda la receta del “amor” debe llevar mucha responsabilidad afectiva, ¿sabes cómo lograrlo?

Jessica Martin
Arte y cultura
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La receta para el amor moderno la deconstrucción romántica

“Eso de amar sin esperar nada a cambio es bonito en los cuentos de hadas. Pero en la vida real, un amor maduro exige un delicado equilibrio entre dar y recibir, porque todo aquello que no es mutuo, resulta ser tóxico”, decía el especialista de relaciones humanas estadounidense Bert Hellinger.

Los millennials analizamos la “de construcción del amor romántico”, pensando en procesos de comprender las relaciones sociales, el cómo interactuamos y a quienes tenemos al lado bajo qué compromisos, expectativas e ideales.

Básicamente “dejar de esperar al príncipe en su caballo que rescata de la bruja malvada o de la torre más alta y el dragón”, buscando que las mujeres no sean las “responsables” de los hijos y el hogar y que los hombres comiencen a tener licencia de paternidad y responsabilidades más compartidas en la crianza con roles más abiertos y flexibles.

Los tipos de amor moderno

¿Por qué nombramos una relación con títulos?

Pero, entre toda esta marea de “avances” el elefante sigue en la habitación, hablar de responsabilidad afectiva da miedo, se sigue evitando y caemos en hacer a las espaldas cosas que si bien podrían estar muy lejos de los límites y necesidades de unos podrían ser tremendamente comprensibles para otros.

Ahora hay muchos más títulos de los que nunca jamás se había conocido para las relaciones, antes había pretendientes, novios, esposos y amantes, hoy decimos: ligue, romance de una noche, pareja, novio, esposo, sugar mommy/daddy, amigo con derechos y quizás la lista podría seguir.

¿Y todo para qué?, para clasificar herméticamente a la gente en un acuerdo de genitalidad, afecto y compromiso, pero, independientemente de “cómo lo llamemos”, lo cierto es que al momento de compartir cama, vida y emociones nos hacemos responsables y corresponsables de lo que hacemos sentir, entender, pensar y/o incluso hasta hacer al otro en pos de un “nosotros” o por uno.

La clave para saber tener responsabilidad afectiva en tus relaciones

¿Qué es la responsabilidad afectiva?

Esto nos lleva a la “responsabilidad afectiva”, o sea, saber que nadie es dueño de ninguno y como un psicólogo me recomendó una vez: “tener clara la salida de cualquier espacio emocional o físico al que entre desde el primer momento”.

Dicho lo cual llegamos a un momento fácil pero difícil, SABER quiénes somos y qué queremos, desde virtudes, creencias y negociables o no negociables de la vida de cada uno, para que podamos hacer acuerdos que proteja el bienestar de los implicados en la relación.

Parejas modernas más sólidas pero con menos hijos y economía

¿Qué buscan los millennial en una relación romántica?

Este tiempo de modernidad, hay que rescatar sin temor al amor, el sentimiento que vio crear los reinos y caer otros, por el que se han hecho los actos más atroces pero también los más puros; el que nos motiva a ser mejores, y el “mejor” depende de qué queremos y a dónde vamos sin estar obligados a casarnos o no, tener hijos o no, tener mascotas o no, para ser “alguien” en la vida o “trascender”.

En la sociedad moderna, los centennials y millennials están buscando que los vínculos afectivos sean sanos, donde las relaciones violentas no sean “la cruz que le tocó” y no nos conformemos con dar o recibir menos de lo que damos, basados en un respeto propio y mutuo, que no se base sólo en posteos “bonitos” en redes sociales o que no se den.

Es casi una “obligación social” que dejemos de normalizar las rupturas escandalosas o el decirle que tiene poca “fortaleza” a aquél que busca un corte limpio o incluso que prefiere llevar fuera de las redes su vida, (dicen por ahí “privado pero no secreto”), sin negar nada. Es tiempo de que seamos ex que no stalkean, acosan, hablan mal o usan de chiste grosero al otro en cuestión.

Y si estamos en una relación, nos debería “caer el veinte” de que, efectivamente entre 6 y 18 meses después del primer beso y el tan ansiado “sí”, el enamoramiento o los químicos que segregamos se van a ir y necesitaremos decisión, voluntad y compromiso para seguir conviviendo con esa persona que más que “sentir” que amamos, “decidimos” amar y enamorarnos cada día nuevamente sin rutinas, con compromisos cumplidos, límites físicos, emocionales y espirituales respetados, sinceridad y corresponsabilidad.

Los tipos de lenguaje del amor - ejemplos

¿Conoces los cinco tipos de lenguaje del amor?

El amor tiene su propio lenguaje, su semiótica, su texto, su intertexto, su forma de ser y vivir entre señas y signos propios que crean dos día a día, que se desarrolla en pequeños gestos de conciencia y convivencia.

Pero, aunque haya “chistes locales” o “acuerdos implícito”, es importante reconocer los tipos de lenguaje del amor que según psicólogos y especialistas en conducta humana refiere que son cinco:

· Servicio, hacer actos que te ayuden o apoyen en tu día a día sin pedirlos.
· Palabras de afirmación, decir, escribir o verbalizar lo que sentimos por el otro desde la apreciación, afecto, deseo, estima, importancia, etc.
· Contacto físico, tocar, acariciar, hacer mimos o cariños mientras convivimos, desde gestos simples como llevar del brazo o abrir la puerta hasta dormir “de cucharita”.
· Tiempo de calidad, buscar tiempo juntos haciendo alguna actividad, descansando o incluso mientras hacemos pendientes pero lado a lado.
· Regalos, y aquí no es “comprar el cariño” ni “ser interesado” sino demostrar con salidas, paseos o detalles de pequeños a grandes que pensamos en el otro.

Por qué te acabas pareciendo a tu pareja

¿Te has preguntado por qué las parejas son parecidas?

Dicen por ahí que la frase más bella es esta: "(∂ + m) ψ = 0".

Pero no te asustes que no queremos que vayas por libros de preparatoria, ni le preguntes al Ingeniero más cercano, esta es la “ecuación de Dyrac”, es la “frase” más bonita de la física, porque describe el entrelazamiento cuántico, que en castellano es la relación de dos partículas que están unidas, se separan y luego aunque no estén juntas de forma física / tangible siguen sufriendo los cambios que afectan a la otra. Es decir por más lejos que estemos, la conexión sigue. De hecho los físicos afirman que: “aunque podamos describirlos como dos sistemas distinto de una forma sutil se vuelven un sistema único. Lo que le ocurre a uno sigue afectando al otro, incluso a distancia de kilómetros o años luz”.

Pasando de las ciencias exactas a sociales, se dice por los psicólogos que cuando tenemos la suficiente “exposición” por convivencia con otra persona no sólo creamos experiencias, sensaciones, sentimientos, historias y recuerdos, sino que “resignificamos” o le damos un valor nuevo a gestos, palabras y actos, adoptando gustos, frases, tendencias y rutinas similares que, queriendo o no dejarán un “eco” de esa persona.

Qué son las red flags y cómo identificarlas

Las “red flag” de las relaciones modernas

Ahora bien, no todo es miel sobre hojuelas porque aunque las relaciones modernas invitan al diálogo, la elección sincera de compromisos y la creación de vínculos, (teóricamente), más sanos, no deja de haber situaciones opuestas, por eso nació la tendencia de las “ red flags ”, como una referencia a todas aquellas señales de advertencia de que una relación no va a resultar bien, podrían tener conductas nocivas, resultar tóxica o sencillamente ir a un sitio que no queremos.

¿Cuándo surgen las “red flags”?

El origen de este fenómeno se relaciona con las banderas rojas que ponen en el mar, cuando éste está picado, condiciones climatológicas malas o hay algún peligro en el agua. Es por eso que los usuarios de redes sociales a nivel internacional optaron por este emoticono para describir relaciones o acciones.

Las formas de describir el amor romántico - frases para dedicar

Una frase que describa el amor moderno

Dicen por ahí que “cada cabeza es un mundo”, pero ahora que evitar al ex es más difícil que evadir a un político en campaña electoral, me encontré en redes este fragmento precioso, que me recordó a la frase de Benedetti: “He llegado a la conclusión de que si las cicatrices enseñan, las caricias también”.

Así que si tú estás pasando un mal momento, olvidando al que creíste que era el amor de tu vida o quizás sí lo era pero no el tiempo para la relación, ¿Qué te parece la siguiente frase?

“Así, sin borrar tu número, sin cambiar el mío,
sin bloquearte de alguna red social.
Así, viendo en tus fotos que estás feliz o al menos, mejor. Sin irme de la ciudad
Y sin tratar de evitar pasar por las calles que fueron nuestras,
Así, duela lo que duela,
me rompa lo que me rompa.
Así, para arrancarte de raíz y cuando vuelva a verte,
Sanarme y ya no me duelas”.
-Víctor Hugo Hernández.

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