A finales del siglo III, en una época donde el cristianismo aún era perseguido en el Imperio Romano , un hombre llamado Valero ocupaba el cargo de obispo en Caesaraugusta, la actual Zaragoza. No era un gran orador, pues se dice que tenía dificultades para hablar con fluidez, pero su fe inquebrantable lo convirtió en una figura clave en la expansión del cristianismo en Hispania.
Sin embargo, su vida dio un giro cuando el emperador Diocleciano inició una feroz persecución contra los cristianos. Valero y su discípulo, el diácono San Vicente, fueron arrestados en Valencia por orden del gobernador Daciano. Mientras que Vicente sufrió un martirio cruel, Valero fue desterrado y pasó sus últimos días en un humilde retiro en Enate, en la provincia de Huesca. Allí, en el anonimato y la oración, falleció en paz, dejando un legado que con el tiempo lo convertiría en el patrón de Zaragoza.
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¿Por qué San Valero es tan importante para Zaragoza?
La devoción a San Valero creció con el tiempo, hasta que en la Edad Media fue proclamado patrono de Zaragoza. Su figura se convirtió en símbolo de resistencia y fe, y sus reliquias fueron trasladadas a la ciudad, donde hoy reposan en la catedral de La Seo.
La tradición cuenta que el santo era generoso y protector de su pueblo, lo que dio origen al dicho popular: “San Valero, rosconero y ventolero”. Esto se debe a que el 29 de enero en Zaragoza suele soplar un fuerte viento, y la celebración incluye la costumbre de compartir un delicioso Roscón de San Valero, un dulce típico relleno de nata o crema.
¿Cómo se celebra su festividad hoy en día?
Cada 29 de enero, Zaragoza se viste de fiesta en honor a su patrono. Se organizan misas solemnes en la catedral, seguidas de procesiones con su imagen por las calles de la ciudad. Además, el Ayuntamiento abre sus puertas a los ciudadanos, permitiendo el acceso a espacios históricos que normalmente están cerrados al público.
Pero la parte más esperada de la celebración es, sin duda, el reparto del tradicional Roscón de San Valero en la Plaza del Pilar. Miles de zaragozanos se reúnen para disfrutar de este dulce mientras el viento característico de la fecha les recuerda que la tradición sigue viva.
¿Qué milagros y leyendas rodean a San Valero?
Aunque no se le atribuyen milagros espectaculares como a otros santos, la vida de San Valero está envuelta en un aura de santidad. Se dice que, pese a sus problemas para hablar, Dios le dio la sabiduría para guiar a su comunidad cristiana en tiempos difíciles.
Otra leyenda cuenta que, cuando fue exiliado, un grupo de fieles lo ayudó a esconderse y lo cuidó hasta el final de sus días. Se cree que su tumba en Enate fue un lugar de peregrinación durante siglos, donde los creyentes acudían en busca de protección y favores.
Así, la historia de San Valero sigue viva, no solo en los corazones de los zaragozanos, sino también en cada rebanada de roscón compartido en su honor.
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