El día 16 de Enero, conmemoramos a San Marcelo I, quien fuera el papa número 30 durante un año: Del 308 al 309. El Pontífice es recordado por su valentía durante la persecución de Diocleciano, dejando huellas profundas en el cristianismo.
¿Quién fue San Marcelo I?
Nacido el 06 de Enero del año 255 en Roma, Italia y falleció el 16 de Enero del año 309 d.C. en su ciudad natal.
Marcelo era un hombre enérgico, aunque moderado, y que decidió volver a edificar los templos destruidos en la anterior persecución: La persecución de Decio.
Durante el tiempo que estuvo al frente de la iglesia católica, animó a todos a permanecer fieles a sus convicciones, sin temor a que los martirizan, pues Dios se apiadaría de ellos.
Elegido Sumo Pontífice, se dedicó a reorganizar a la iglesia, pues la encontró en momentos caóticos, ya que hacía 4 años había fallecido el último Papa: San Marcelino.
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¿Qué hizo durante su vida, el Papa Marcelo I?
Apoyado de los grandes sabios de la Iglesia católica, decretó que aquellos que decidieran regresar al cristianismo, tenían que cumplir con algunas penitencias, pues había que ‘pagar’ por haber negado su fe, siendo cobardes y por haber renegado de Dios durante la persecución.
Muchos aceptaron y apoyaron su decisión, pero algunos otros comenzaron a crear tumultos en su contra, al grado de acusarle con el Emperador Majencio quien abusó de su poder y exilió al Pontífice de Roma.
Sin embargo, el Papa Marcelo I no desistió y se hospedó en una piadosa casa Laica llamada Marcela, lugar donde continuó dirigiendo a los cristianos, según cuenta el “Libro Pontifical”. Cuando el emperador se enteró de ello, obligó al Pontífice a realizar trabajos forzados en las caballerías y pesebres imperiales que fueron trasladados a la zona y a pesar de tal ambiente hostil siguió testimoniando su fe hasta el día de su muerte.
¿Qué legado dejó el Papa Marcelo I?
Al enfrentar a una iglesia tan dividida y seguir firme con la aplicación de la disciplina eclesiástica marcó su breve pero significativo mandato. Siempre será recordado por ser un hombre de oración y reconciliación, cuyo sacrificio inspiró a los cristianos perseguidos a mantenerse firmes en su fe.
Su festividad nos invita a la reflexión respecto a la perseverancia en tiempos de adversidad y el valor de la unidad dentro de la iglesia católica.
Declarado santo por su martirio, su vida es un ejemplo de compromiso y entrega total a Dios.
¿Ya lo conocías? Sin duda un ejemplo para los católicos que seguirá siendo recordado hasta el fin de los tiempos.
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