En días pasados ya salíamos de dudas sobre cuándo podremos tomar el tan esperado receso decembrino , así como cuándo se debe poner el árbol de navidad y el significado de la nochebuena , no obstante, aún estamos dejando de lado una decoración vital para los católicos en esta fecha: la corona de adviento.
¿Qué es la corona de adviento?
Todos los adornos navideños han sufrido mutaciones a lo largo de su existencia, desde el árbol que tradicionalmente tenía velas y manzanas hasta llegar a las esferas que ahora son mayoritariamente plásticas, el belén conocido recientemente como “nacimiento”, entre otros, por lo que no es de sorprenderse que esto también ocurriera con la Corona de Adviento que puede tener más o menos adornos.
Lo que no puede faltar son cuatro velas, un sirio, una “corona” o círculo de ramas verdes entrelazadas, (pueden ser de pino o abeto o hasta artificiales para que dure más), y un listón rojo. A partir de eso, las piñas de pino, esferas, luces o cualquier extra, están por parte de la creatividad de quien la realiza, aunque, las tradicionales, tiene sólo los elementos relatados al principio del párrafo.
Ahora bien, el motivo de la cantidad de velas es porque corresponde al calendario litúrgico de Adviento, que abarca los cuatro domingos previos a la navidad, (es decir, que este 2021 iniciamos el domingo 28 de noviembre y acabamos el 19 de diciembre), lo que le da una duración neta de entre 22 a 28 días totales dependiendo del año.
¿Qué simboliza la Corona de Adviento?
Su nombre “Adviento”, proviene del latín y significa “venida, por lo que se relaciona para los cristianos y católicos como una referencia de la primera etapa del calendario litúrgico previo a la llegada de Dios hecho hombre a través del parto de María de Jesús en un pesebre.
Asimismo, la forma circular de la llamada “corona” implica lo infinito del amor de Dios hacia sus hijos, (sin principio ni fin), se hace de ramas de árbol porque simboliza la vida y se aprovecha el color verde, que en la liturgia simboliza la “esperanza”, (por eso los sacerdotes tienen vestimentas primero moradas y después verdes, mientras más se acerca la “natividad”), y se rodea del listón rojo por simbolizar el amor de Cristo que nos envuelve.
Dentro de la Corona de Adviento se ponen 4 velas en el círculo y un sirio al centro, las velas son tres moradas, (representando penitencia, la espera y la espiritualidad), y una rosa, (simbolizando la alegría ante la luz que ya se abre paso de la Navidad); mientras que el sirio previamente bendito es la luz blanca que representa la llegada de Jesús a la tierra.
El uso de las velas tampoco es coincidencia, de hecho, es una metáfora de como la luz funge como parte del Evangelio en el que Juan dice: “él es el camino, la verdad, la luz y la vida”, simbolizando la revelación y salvación en la Tierra.
¿Cómo y cuándo se prenden las velas de la Corona de Adviento?
Ya habíamos dicho que son cuatro domingos previos a la navidad, por ende, son también cuatro velas, (más el sirio en plena nochebuena), las que se prenden antes de los alimentos de la tarde, su orden cronológico son las moradas para los domingos, primero, segundo y cuarto, mientras que la rosa se prende el tercer domingo o “Domingo de Gaudete o Alegría” por la víspera de la natividad y finalmente el sirio el 24 de diciembre a las 12:00 de la medianoche.
Se acostumbra rezar una pequeña oración acabado el encendido de cada vela o hasta un misterio gozoso del rosario por aquellos más tradicionales o simplemente hacer un momento de silencio y reflexión después de prender la vela.
¿Cuáles son los orígenes de la Corona de Adviento?
Como todo lo que antecede a este siglo, es un poco difícil asegurar cualquier cosa por la facilidad en la que la información en papeles podía ser modificada o incinerada, no obstante, se cree que la Corona de Adviento tiene sus raíces en tradiciones paganas ligadas al solsticio de invierno y la ceremonia al dios Celta del Sol, (Lugh), en el norte de Europa, en donde acostumbraban el encender velas para mantener la luz presente en el hogar en los meses con mayor duración de la noche de todo el año.
Por su parte, se dice que los católicos no lo adoptaron como un símbolo cristiano hasta después de la Edad Media, hacia el siglo XVI en Alemania, cuando también se usaba el calendario litúrgico de Adviento de Johann Hinrich Wichern, un pastor protestante alemán, pionero en el trabajo misionario entre los pobres de las ciudades.
Se estima que alrededor de 1839, y los niños de una escuela que Wichern había fundado preguntaban a diario si el día de “Navidad” había llegado, a lo que el pastor, consciente de las tradiciones paganas, así como buscando una solución ingeniosa para esta repetitiva pregunta, tomó un anillo de madera de la rueda de la carreta con diecinueve velas rojas pequeñas y cuatro velones blancos, que encenderían todo el Adviento, dándole una vela pequeña a los días de la semana y la grande a los domingos, popularizándose posteriormente su uso, siendo adaptado y llegando hasta nuestros días como la conocemos.
Actualmente se realiza un domingo previo al inicio del Adviento y se lleva a bendecir con el sacerdote local, para después ponerla en la puerta de la casa o sobre el centro de la mesa principal mientras domingo a domingo recordamos la esperanza de la venida de Cristo.
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